Navafría - M-637 entre Lozoya y Navafría
Sin duda alguna se trata de una de las subidas más espectaculares que nos puede ofrecer la sierra madrileña, no tanto por su dureza, sino por su increíble emplazamiento, que nos regala unas maravillosas vistas de la naturaleza que la rodea.
Esta ascensión comienza en la localidad de Lozoya, situada a unos 90 kilómetros al norte de Madrid, en un espectacular valle que lleva el mismo nombre. No se trata de una subida de excesiva dureza en cuanto a porcentajes se refiere, aunque no hay que olvidar que se trata de un puerto de mas de 11 kilómetros, en los que la carretera no deja de picar hacia arriba en ningún momento.
El inicio de nuestro ascenso nos pone las piernas a tono con alguna rampa que alcanza el 9% y que no permite excesiva alegría en el pedaleo. Pasada la primera dificultad, la carretera se mantiene constante durante los primeros kilómetros con rampas del 5-6% que nos alejan poco a poco de nuestro inicio y nos sumerge en un increíble bosque de extensos pinares que proporcionan una tranquilidad absoluta de espíritu durante nuestra ascensión.
Cuando parece que ya hemos adaptado perfectamente nuestro ritmo a lo que exige la subida, nos encontramos con 4 kilómetros que suponen la auténtica dificultad de este puerto, pues las rampas constantes del 7% dejan paso a dificultades de hasta un 10%. Como premio a nuestro esfuerzo en esta parte de la subida, nos encontramos con un kilómetro en el que recuperamos el aliento y la agilidad en el pedaleo, pero todavía nos quedan algo menos de 4 kilómetros para coronar, y algo que pudiera parecer duro después de la alegría precedente, no lo es en absoluto gracias al maravilloso regalo que nos ofrece la naturaleza en esta parte final de la ascensión, unas increíbles vistas del valle de Lozoya con el embalse de la Pinilla poniendo la pincelada que faltaba para configurar una magnifica escena. Y así casi sin darnos cuenta llegamos a la cima del puerto, limítrofe con la provincia de Segovia, punto donde finaliza nuestra ascensión y que nos proporciona un tranquilo y merecido descanso.